
El ser incomprendido y atormentado por excelencia. Esta criatura creada por Victor Frankenstein, es el primero en su especie. Un ser creado artificialmente consciente de su propia existencia y de su lugar en este mundo, o mejor dicho, de su falta de lugar en este.
Retratado como un personaje de horrenda apariencia, pero con superioridad física con respecto a los seres humanos. Este monstruo (que erróneamente se le llama por el apellido de su creador) es uno de los grandes iconos de terror, apareciendo en películas, adaptaciones, series de TV, etc; y a lo largo del tiempo, se ha ganado un lugar en la cultura popular.
En la novela original, escrita por Mary Shelley, muestra como un ser humano trata de ponerse a la par de un Dios al crear a esta criatura, mostrando así el naciente debate sobre la moralidad científica, donde no solo la humanidad tiene la capacidad de destruir todo a su paso, si no también de crear vida. Atormentado por lo que ha hecho, su creador huye de su presencia, dejándolo solo y sin conocimiento alguno sobre el mundo en el que ahora se encuentra, teniendo que valerse por si mismo y aprender sobre la vida y las personas.
Es así como, a lo largo de diferentes autores, relatos y representaciones artísticas, se narra la vida del desafortunado, del rechazo en general que la sociedad tiene hacia el, y como otros lo buscan solo por el beneficio que puede traerles el secreto que yace en su existencia.
Su desgraciada vida muestra la irresponsabilidad que muchos han osado en tener al entrar en el terreno de lo desconocido sin el debido respeto y cuidado, tratando solamente de cumplir sus apasionados deseos pero, olvidándose de que cualquier acción mal encaminada puede llevar a una reacción inesperada.
Primera aparición: Frankenstein o el moderno Prometeo (1818).
Creadora: Mary Shelley.
Género: Fantástica, ciencia ficción.